En este siglo XXI, donde la tecnología y los cambios en la sociedad provocan una vida apresurada y con ansiedad de gratificación inmediata, por suerte aún hay resquicios y actividades "antiguas" dónde lo importante no es la meta sino el camino. El ser humano puede que invierta el 99% de su tiempo en avanzar y no mirar atrás, en no parar ni cuando hay descanso y vemos pasar de largo detalles que luego nos arrepentiremos de no haber echado el freno. Pero ese 1% restante...que bien sabemos aprovecharlo. Gracias a nuestra historia, estudiada desde pequeños en colegios e institutos y detallada más cercanamente en las experiencias de nuestros familiares, tenemos en nuestro corazón un hueco que se vacía fácilmente y que solo se puede llenar creando nuestras propias experiencias. Experiencias